Inicio Ejercicios con palabras homófonas Ejercicios con palabras dudosas
Ejercicios de ortografía Cuestionario sobre acentuación Signos de puntuación: Ejercicios
Concurso de Ortografía Uso de las mayúsculas y minúsculas El método reglasdeortografia.com

INSTRUCCIONES

Cuando estés listo pulsa "Inicio"; y empiezas a leer.  Al terminar pulsa "Fin", y obtendrás el tiempo empleado y tu Velocidad de Lectura expresada en " Palabras leídas por minuto".

UNA CARTA MARRUECA

Al entrar anoche en mi posada, me hallé con una carta cuya copia te remito. Es de una cristiana a quien apenas conozco. Te parecerá muy extraño su contenido, que dice así:
-Acabo de cumplir veinticuatro años, y de enterrar a mi último esposo de seis que he tenido en otros tantos matrimonios, en espacio de poquísimos años. El primero fue un mozo de poca más edad que la mía, bella presencia, buen mayorazgo, gran nacimiento, pero ninguna salud. Había vivido tanto en sus pocos años, que cuando llegó a mis brazos ya era cadáver. Aún estaban por estrenar muchas galas de mi boda, cuando tuve que ponerme luto.
El segundo fue un viejo que había observado siempre el más rígido celibatismo; pero heredando por muertes y pleitos unos bienes copiosos y honoríficos, su abogado le aconsejó que se casase; su médico hubiera sido de otro dictamen. Murió de allí a poco, llamándome hija suya, y juro que como a tal me trató desde el primer día hasta el último.
El tercero fue un capitán de granaderos, más hombre, al parecer, que todos los de su compañía. La boda se hizo por poderes desde Barcelona; pero picándose con un compañero suyo en la luneta de la ópera, se fueron a tomar el aire juntos a la explanada y volvió solo el compañero, quedando mi marido por allá.
El cuarto fue un hombre ilustre y rico, robusto y joven, pero jugador tan de corazón, que ni aun la noche de la boda durmió conmigo porque la pasó en una partida de banca. Diome esta primera noche tan mala idea de las otras, que lo miré siempre como huésped en mi casa, más que como precisa mitad mía en el nuevo estado. Pagome en la misma moneda, y murió de allí a poco de resulta de haberle tirado un amigo suyo un candelero a la cabeza, sobre no sé qué equivocación de poner a la derecha un carta que había de caer a la izquierda. No obstante todo esto, fue el marido que más me ha divertido, a lo menos por su conversación, que era chistosa y siempre e estilo de juego.

Una carta marrueca
José Cadalso

Tiempo de Lectura:

Velocidad de Lectura: Palabras leídas por minuto

Imprime la ficha
 

Juan Antonio Marín Candón - Morón de la Frontera (Sevilla) | Consultas sobre esta página
Inscrita en la Oficina Española de Patentes y Marcas núm. 2 839 971(4)