Inicio Ejercicios con palabras homófonas Ejercicios con palabras dudosas
Ejercicios de ortografía Cuestionario sobre acentuación Signos de puntuación: Ejercicios
Concurso de Ortografía Uso de las mayúsculas y minúsculas El método reglasdeortografia.com

INSTRUCCIONES

Cuando estés listo pulsa "Inicio"; y empiezas a leer.  Al terminar pulsa "Fin", y obtendrás el tiempo empleado y tu Velocidad de Lectura expresada en "Palabras leídas por minuto".

EL CRITICÓN

-Pues dime, ¿con qué hacen tanto mal los hombres, si no les dio la naturaleza armas, como a las fieras? Ellos no tienen garras como el león, uñas como el tigre, trompa como el elefante, cuernos como el toro, colmillos como el jabalí, dientes como el perro y boca como el lobo, ¡pues como hacen tanto daño? -Y aun por eso, dijo Cristina, la próvida naturaleza privó a los hombres de las armas naturales, y como a gente sospechosa la desarmó, no se fio de su malicia, y si esto no hubiera prevenido, ¿qué fuera de su crueldad? Ya hubieran acabado con todo; aunque no les faltan otras armas mucho más terribles y sangrientas que esas, porque tienen una lengua más afilada que las navajas de los leones, con que desgarran las personas y despedazan las honras; tienen una mala intención más torcida que los cuernos de un toro, y que hiere más a ciegas. Tienen unas entrañas más dañadas que las víboras, un aliento más venenoso que el de los dragones, unos ojos envidiosos y malévolos que los del basilisco; unos dientes de un perro, unas narices fisgonas, encubridoras de su irrisión , que exceden a las trompas de los elefantes, de modo que solo el hombre tiene juntas todas las armas ofensivas que se hallaban repartidas entre las fieras, y así el ofende más que todas [...]; y así dicen por cosa cierta, y yo la creo, que habiendo sido condenado en una república un malhechor a cierto género de tormento, muy conforme a sus delitos, que fue sepultarle vivo en una profunda hoya, llena de ponzoñosas sabandijas dragones, tigres, serpientes tapando muy bien la boca porque pareciese sin compasión ni remedio, acertó a pasar por allí un extranjero, bien ignorante de tan atroz castigo, y siendo los lamentos de aquel desdichado fuese llegando compasivo, y movido de sus plegarias fue apartando la losa que cubría la cueva; al mismo punto saltó fuera el tigre con su acostumbrada ligereza, y cuando el temeroso pasajero creyó ser despedazado, vio que mansamente se le ponía a lamer las manos, que fue más que besárselas.

El Criticón
Baltasar Gracián

Tiempo de Lectura:

Velocidad de Lectura: Palabras leídas por minuto

Imprime la ficha
 

Juan Antonio Marín Candón - Morón de la Frontera (Sevilla) | Consultas sobre esta página
Inscrita en la Oficina Española de Patentes y Marcas núm. 2 839 971(4)